sábado, 27 de junio de 2009

¿Y si hacemos de abogados del diablo?

Creer o no creer esta es la cuestión, que diría Hamlet.

Los hacedores del cristianismo y después sus seguidores, se han valido de la fe, osea-del creer lo que no se sabe- para asegurar las certezas de su predica y, también los que la siguen para no cuestionar la susodicha evitan preguntarse, simplemente creen..Pero hay pensadores que se arriesgan a analizar estas cuestiones. En su favor tienen los pocos conocimientos históricos fehacientes que se tienen sobre lo que ocurrió por lo que se tienen que agarrar a los escritos de los apóstoles censurados y bendecidos por los primeros representantes de su fe y, para oficializar estos, afirmar como anteriormente vimos, estos relatos como venidos directamente de Dios. Pero..¿es esto creíble ? No se puede sacar punta a las versiones dadas por los primeros obispos así como a sus comentaristas ?. Nos dicen asegurándolo que Jesús es Dios que se hizo hombre para redimir nuestros pecados..entonces, pregunto ¿si de verdad es Dios, nunca nunca podemos dudar de su fiabilidad osea que si en lo que dicen que dijo encontramos algún fallo podremos en derecho dudar de él por dos razones: Él como Dios no puede decir o hacer algo incorrecto y si lo hace claramente es que o no es Dios verdadero o lo que nos han dicho los textos bíblicos son erróneos osea, o no es Dios o La Biblia se puede cuestionar respecto a lo que cuentan, que a decir de las autoridades católicas estaba inspirado por Dios

Lo primero que me toca aducir es lo estudiado en el libro de Don Antonio Piñero sobre lo que creímos a pie juntillas porque era dicho por los evangelios ortodoxos y según este investigador estos recuerdos no nos vienen de ellos sino de lo heterodoxos.

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