domingo, 10 de diciembre de 2006

La financiación o, las cuevas de Ali Babá - (Incontable cuento en Diciembre del 2006)

En un tiempo más bien cercano había un país no de cuento sino, más bien contable, en el que la máxima aspiración de sus habitantes era la superación en la toda gama de cosas y circunstancias de la vida visual y de la otra. Deseo muy loable este sino fuera porque no lo fue tanto en sus motivos y/o razones para su máxima emergencia que cifraban en razones económicas posiblemente motivada y disculpada por la sufrida escasez que padeció después de una contienda fraticida.
Estos deseos fueron encauzados por diversos canales, más o menos disimulados, burladores de éticas pasadas de modas y de morales recuerdos para los pobres, pobres. Unos tiempos que dieron en llamar a sus activas actividades con los bonitos nombres de ingeniería financiera.
Estos canales superatorios en grado superlativo y superactivo, se podían resumir con una palabra mágica "la financiación" que, como ya se andaban sumido en democracia profunda, estaban referidos a numerosas actividades tales como: la financiación de partidos o a la de vivienda aclamada en la famosa constitución como improrrogable y, a otras diversas cuestiones ligadas a la propia propiedad. Estas cosas no las denuncio banalmente ya que de ellas tuve varias y diversas noticias confirmativas.,. Una fue por un familiar cercano, poderoso por las posibilidades inherentes a el cargo que ostentaba, se quejaba de unas insinuaciones-bien intencionadas claro- para que engordase las certificaciones de las obras, en las que era responsable, con el fin de dedicar la diferencia entre lo real con lo certificado a dedicar a la "financiación" de su partido político. Ante su honrada negativa parece que fue excluido de la siguiente elección a candidato, aunque, este aspecto de lo que aconteció no lo tenga muy seguro pero, muy bien pudo ser.
Otro ejemplo muy conocido en la actualidad es la llamada "financiación" de los ayuntamientos (munícipes, cargos y carguitos incluidos) dado que los pobres ayuntamientos que, de siempre, fueron pobres y que apenas tuvieron pecunios para la necesidades más primarias se pensó que otorgándoles poderes exclusivos en el urbanismo y en la ejecución de viviendas se mataban dos pájaros de un tiro. Uno era la engorrosa e incómoda actuación del I.N.V. Al que libraron de una buena, y el otro pájaro, vaya que si, es o fue la de las arcas municipales que muchos pillos usaron como propinas propias.
Aún hay otras "financiaciones" varias a denunciar. La más hundidora de las economías familiares, fue la bancaria con sus hipotecas y sus tantos por ciento. Otra, muy importante es la de la "financiación de el país" (lease cueva) que desde entonces pudo presumir de la economía más emergente de este mundo mundial.
Tampoco se debe dejar en saco roto las "financiaciones" particulares de los inmobiliarios y sus adláteres que son o fueron muchos y varios. Pues, ¡que bien!

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