martes, 19 de diciembre de 2006

En defensa al laicismo

En el laicismo moderado no se va contra el hecho religioso, sino que opinan que las religiones no deben de meterse en todas las cosas que suceden en el mundo, ni gestionar e intervenir en cosas que no tiene nada que ver con los dogmas sino con que son de la vida pública de los gobiernos. Se deben de limitar al ámbito privado de su feligresía. Si esto utópicamente se consiguiera alguna vez indudablemente que dejaría un hueco en lo que es el comportamiento ético de los ciudadanos lo que haría preciso de una enseñanza laica sobre el particular que, sin faltar al hecho religioso diera las consignas a seguir.

Dicen que la ética manejada coincide-no que invade- en muchos puntos co la religiosa, lo que viene a demostrar que la enseñanza para un buen comportamiento no es privativo de la religión sino que desde el principio de los tiempos es básica para una sociedad humana y no de fieras y que esto coincide con el fondo de los credos religiosos que siempre intentaron la gobernabilidad de sus ciudadanos. No se arrojen el mérito de esta porque el axioma fundamental del amor, eje de toda esta cuestión, era el de "no hacer a los demás lo que no quieras que los demás hagan contigo" ya fue dicho por los antiquímos sabios chinos doscientos años antes de Jesucristo.

Intentando solucionarlo. Dado que, según vemos y padecemos, algunos credos religiosos traen de cabeza al mundo y en definitiva fueron hechos por profetas de tiempos remotos que no vivieron los actuales problemas y que aunque se deban respetar pero también tomar como hechos históricos completamente olvidados por lo que me atrevo a preguntar y pregunto: ¿No se podría sustituir las religiosidades y por tanto las religiones por el buen comportamiento cívico y social del que se espera como compensación un vivir armónico acorde con nuestro rol de seres civilizados?.

Con ello, no quiero eliminar a Dios de nuestras vidas pero si de nuestra comprensión que al ser esta imposible si lo miramos desde la racionalidad por mucho que sus seguidores y predicadores se empeñen en contrario , salvo por sus consecuencias, que están a la vista de todos.

En un libro de Miret Magdalena después de una serie de análisis estadísticos leemos que: La realidad Occidental de las iglesias tradicionales están agonizando, y que las sociedades desarrolladas secularizadas experimentan una menor necesidad de Dios. Aunque no ocurre lo mismo en los países en vías de desarrollo, en los que parece que existe una primavera de la fe.

Esto puede dar lugar a varias opiniones. La primera es que los humanos de ahora piensan menos en un Dios puesto que tienen otras prioridades, digamos que son más materialistas apegados a la realidad del mundo que les va ofreciendo muchas alternativas de vida dado su progresión en todos los órdenes. Segundo, ahora al pertenecer a una sociedad más culta no acudimos por la mínima cosa a Dios y a su voluntad sino que acudimos a la ciencia para resolver nuestros asuntos, si bien es verdad que tenemos a Dios como un último recurso en caso de imposibilidades esperando de Él un milagro que las resuelva.

En cuanto al nacimiento de una fe nueva en los países menos desarrollados la cosa está clara y reafirma lo dicho anteriormente, puesto que sus habitantes aún no tienen elementos técnicos suficientes que les permitan defenderse por ellos mismos y tienen que recurrir a santos y a milagros.

Si estudiamos al historiador Josefo, a través de la ayuda que nos brinda un libro del prolífero Cesar Vidal, nos damos cuenta que las bases de las creencias farisaicas son aceptables. Entonces él-Cesar Vidal-y nosotros nos preguntamos ¿porqué estas fueron tan perseguidas por Jesús?. Cesar Vidal nos apunta que -Jesús- decía que eran buenas pero lo que no lo era es su interpretación a la ley de Moisés. Según leí en otros libros estas obligaciones impuestas por los fariseos que dimanaban de su rígida interpretación de la Ley como ejemplo el duro quehacer sabático impuesto que al saltárselo era motivo y ocasión de escándalo muy perseguido por los rabinos. También les acusaba que su religiosidad estricta les servía para ocultar otros vicios que practicaban mientras a continuación representaban la comedia de esa religiosidad a ultranza acusando a los que no lo hacían de impuros echándoles del Templo. Si pensamos sobre esa situación que se produjo en el año cero de la Era cristiana podríamos asemejarla con la actualidad que deja con muchas dudas sobre la ley católica en duda las tendencias y necesidades del hombre que quiera ser cristiano. No hay más que ver aquello que hoy tanto se dice:¡si resulta que no era pecado!. Ante la proliferación e incumplimiento de los mandamientos sobre el pecado de la carne que si se toma al pié de la letra deja fuera o excluye a muchas personas de buena voluntad del catolicismo a lo que los curas jóvenes intentan quitar importancia pero que la tiene y mucha si contemplamos los mandamientos inamovibles tal como ocurría en el año cero de nuestra Era. Todo ello hace que el humano debería ser capaz de crear éticas al margen de lo religioso; tal cual una educación perfecta tal cual nos dejó el sabio Confucio que según su leyenda a través de sus ordenes y mandamientos en su ciudad se hace innecesaria la justicia y la ley por que sus ciudadanos saben perfectamente como comportarse

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