miércoles, 22 de noviembre de 2006

¿NIÑOS PROBLEMÁTICOS?

Uno de los problemas actuales muy discutido y discurrido, comentado en tertulias y artículos de opinión es el malvado proceder de los chavales que dan muestran en sus institutos una agresividad rayana en la violencia.
¿A quien echar la culpa? Y, ¿como solucionarlo?.
La culpa es de todos y quizás el que menor culpa tiene es al que más se le achaca, al profesor.
Esta desgracia comienza prácticamente en la cuna. Primero, al bebe y al niño se le declara el rey de la casa acostumbrándosele a conseguir lo que quiere y cuando quiere. Segundo, en época de guardería y preescolar ese pequeño rey rivaliza con otros similares a él y quiere estar sobre ellos para lo cual exige a sus papas ropa de marca y mejor fiesta.
Los papas claudican ante el rey pero ya empiezan a cansarse de acompañarle al cole y de darle caprichos. Mucho tienen que trabajar ambos dos y muchos son los recibos a pagar, empiezan a estar ahogados. Este es para mi el momento crítico, al niño ya tiene constancia del cariño que por el sienten y ahora ya debe de concienciarse como devolver ese cariño por el que es deudor y, sobre todo, no pretender imponerse a sus progenitores tal como aprendió de niño cuando aún era el rey de la casa. La atención recibida la tiene que pagar en forma de responsabilidad para aplicarse en sus obligaciones, sean están las que sean, que vienen impuestas por las circunstancias familiares.
He observado que el chico que ve ejemplos y esfuerzos familiares para mantenerse y mantener a la familia, se van haciendo mejores, más responsables; por contra, el que ve juergas y libertades, o, peor aún, disensiones familiares que muchas veces acaban contra él en broncas injustas se abre en él un espíritu de venganza y una falta de respeto hacia sus mayores muy perjudicial, se hace introvertido y vengativo, ya no cree en la buena voluntad de nadie.
A continuación, llega la época del instituto y ahora el pequeño ya no lo es tanto y sus papas comienzan a estar cansadísimos con lo que muy a su pesar, a pesar de su buena voluntad ya han perdido la batalla, le dejan campar a su aire y para justificarse le echan del problema a los profesores exigiendoles que les enderezen. En este momento es fundamental con quien se junte dado que en la actualidad él valora y quiere más a sus compis que a los retrógados-o algo peor-de sus familiares.
Aviadas van las familias que se topan con que la sumisión de sus hijos es para las tribus urbanas que por gracia o gamberrada hacen verdaderas herejías- muchas de ellas- merecedoras de cárcel o correccional.
Los profesores intervienen intentando que el joven encuentre las armas necesarias para su normal desarrollo como hombre responsable.
Todo esto está muy bien pero no deja de ser una incógnita sobre todo si no se sigue un plan con la colaboración de sus familiares que tienen la obligación de seguirles en esta evolución sin acogotarles, pero sí, vigilantes sabiendo lo que en cada momento hace y rinde su hijo.
Conclusión: No hay que echarse la culpa de todo, la culpa es del momento actual que se sufre y padece, hay quien afirma eso de "o hijo o hipoteca" esto, con ser terrible, está dentro de la realidad Si los padres pudieran trabajar menos fuera tendrían tiempo para su labor educativa y todo podría ir mucho mejor.

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