viernes, 26 de enero de 2007

¿Enseñanza o educación?

Enseñando con el Emilio de Rousseau.
Cuando se habla y se discute sobre la enseñanza parece que va incluida en ella la educación o, viceversa. Nunca se separan y, en cambio, creo que la enseñanza es una labor externa al hogar, es cosa de maestros y de catedráticos. Mientras que la educación es cosa interna de las familias en la que en algún momento puede circunscribirse a la enseñanza. Pero primero es actividad del interior de cada casa; luego, sale hacia el colegio, escuela y universidad. Claro que cuando se llega a esta última la educación debe de estar ya superada, ya educada para que se pueda abordar la enseñanza con la intensidad necesaria. Esto de que se tomen como una misma cosa no es de ahora, viene de antiguo; puesto que, en un principio los preceptores en los que descansaban los ricos para no ocuparse de sus hijos, eran maestros educadores y también profesores enseñantes. Esto no pasaba con las familias de clase media y menos con los de los pobres que se ocupaban de la educación y a veces- por falta de medios- también de la enseñanza que opino salía mejor parada- en muchos casos- que la que impartían los asalariados.
Primero educar; luego enseñar. Una de las tareas sea el incentivar para que nos guste aprender.
Rousseau maestro educador.
Nuestro verdadero estudio es el de la condición humana. Aquel de entre nosotros que sabe soportar mejor los bienes y los males de esta vida, según mi parecer, será el mejor educador (Rousseau).
La puesta en escena para el cumplimiento de la labor como hombres depende de tres factores, unos los podemos dominar y los otros no, pero si podremos irlos modificando a favor si los humanos se unen en esta difícil tarea. Siguiendo lo dicho por Rousseau en el Emilio tendremos que el primer factor es la naturaleza que entiendo define como nuestras opiniones ante las sensaciones exteriores que recibimos y que forman el hábito que nos hace reaccionar de tal o cual manera sean estas sensaciones positivas o negativas según la opinión lo que nos llegue a nuestra percepción. Enseña el maestro que, en la edad bebé, hay que seguir a la sabia naturaleza; para lo cual, lo primero es dejar que el niño-bebe empiece a fabricar sus propias armas de inmunización, dejar que su naturaleza se pelee y venza a los primeros catarros y pequeñas enfermedades. Se hace necesario no abrigarle en exceso ni físicamente ni anímicamente, si se hace físicamente además de no aprender ni a sufrir ni a vencer sus primeros contratiempos. Si es psíquico ese arropamiento se mal acostumbrará a no saber luchar solo ante sus primeros conflictos y además cogerá el vicio del llorar por nada en lo que se llama tener mañas, pues, a sus cuidadores les es más fácil mimarle ante sus lloros que buscar sus verdaderas razones que pueden ser reales o fruto de una primera confrontación con los mayores en la que si se le hace caso saldrá en principio ganando pero a la larga perjudicado.
Es difícil saber educar , opino que tu forma es la del camino de la dureza y posiblemente aciertes en un tanto por ciento muy elevado pero pienso que al niño-bebe hay que enseñarle sentimientos y el principal es el de el amor y eso debe de primar en sus primeros días, sino es así mal podrá caminar y querer socializarse Los mejores maestros, amas y niñeras de los bebes son sus padres y también la fuente de unión familiar si por trabajo o por ambición los padres abandonan en manos extrañas a sus hijos luego serán responsables de los desamores y de las rupturas familiares.
Deplora Rousseau a los padres que bajo pretexto, más o menos bien fundado, de sus grandes preocupaciones habidas por sus muchos trabajos, no pueden dedicar el tiempo ni el esfuerzo necesario para la educación de sus hijos. Esto que al parecer ya alumbraba en su tiempo ahora está a la orden del día por lo que ahora es más vigente si cabe. Nos dice: Más, ¿que hace este hombre rico, ese padre de familia tan atareado, y forzado según él, a dejar a sus hijos en el abandono?. El paga a otro hombre para llevar estos cuidados que están a su cargo. ¡Alma venal!, ¿crees tú dar a tu hijo otro padre por el dinero? No, te equivocas en esto; no es un maestro lo que tu le das; es un lacayo que formará muy pronto otro. Efectivamente si lo analizamos despacio veremos que a fin de cuentas los preceptores y los maestros no dejan de ser meros asalariados unos de los padres del gobierno los otros y como tales temen por su subsistencia y ese temor al enfado del poderoso sin querer o queriendo lo transmiten a sus pupilos. Aunque detecto otro mal más grave en esto de la dejación de la educación y es que los niños y los jóvenes ignoran, no conocen ni quieren a sus mayores por lo que las relaciones familiares sufren un grave revés tal como ocurre hoy.
Luego tenemos otros tres grandes caminos a recorrer de la educación hacia la enseñanza. Uno es, la apertura de intereses; el segundo, el inicio de los esfuerzos; el tercero muy unido al anterior, el comienzo de la enseñanza educativa propiamente dicha, que es lo que más cuesta llevar a cabo, pues hay que empezar a disciplinar a ese pequeño ser. Esto es su primera atadura y su primera cadena que hay que evitar en lo posible haciendo que pueda administrarse el solito sus posibilidades y sus necesidades. Rousseau se sigue mostrando muy duro al afirmar: ....vuestro hijo no debe obtener nada porque él lo pida, sino porque él lo necesite, ni hacer nada por obediencia, sino únicamente por necesidad.... Existe un exceso de rigor y un exceso de indulgencia, y debemos de evitar igualmente ambos.....(Emilio de Rousseau). Osea que no hay más remedio que irle otorgando sus deseos de vida pero solamente lo justo él los irá pidiendo como pueda, primero con sus lloros nos indica sus necesidades; luego, el balbuceo y por fin el habla nos irá pidiendo lo que necesite. Esto deberá ser cumplido solamente cuando lo que pida le sea de absoluta necesidad de forma natural y sin imposiciones que le marquen para el futuro. Aunque, a ser posible, debemos de hacer en él una especie de humillación y rabia por no poder conseguir cubrir sus necesidades Menos aún se le deberá dar todos los caprichos, porque él desarrolla un instinto de pedigüeño y capta inmediatamente nuestras debilidades de forma que pretende abusar y que le demos lo superfluo o lo que a él le encapricha y de conseguirlo se hará un niño imperativo que pida y pida hasta la luna sin saber lo que pide ni para que, ya que apenas es capaz de razonar, solamente por el placer de sentirse servido. Si, como es lógico en algún momento esto se para puede tomarnos odio.
Sabiamente Rousseau nos da una clave y una pista para buscar la educación de los niños y su libertad. Nos dice:El niño aún no está dotado de razón, es a través de la educación a lo que pretendemos llegar por lo tanto no se le debe razonar sino aconsejar lo que la razón del maestro sí puede opinar que sea mejor para él. Si se le deja discurrir y discutir cosas que él no puede entender dada su edad se nos convierte en un niño repipi lleno de vicios y defectos e inaguantable de lo que se arrepentirá cuando llegue a la edad de poder pensar. Por lo que al niño hasta que le llegue la edad del raciocinio no hay nada mejor que dejarle cuerda libre para fortalecer sus músculos, que salte y corra aunque su actividad nos moleste y, por otro lado no le quitéis la razón imponiendole cosas que le disgusten y que le hagan pensar-razonar-contra ustedes, mantener limpio e impoluto esta facultad hasta que pueda ejercerla correctamente.Con esto ¿que se conseguirá?, que no den en vicios ni desviaciones de las que aparecen si se les incluye excesivamente en el trato de los mayores. Estos, sus mayores, para educarles lo mejor que pueden hacer es la ejemplaridad. Los niños aún no se molestan en razonar o no les interesa pero sí fijan en su cerebro, que es una máquina fotográfica que devora sin poder precisar si es bueno o malo, simplemente lo almacena y lo toma como suyo en el caso de que su sistema gratificante lo vea como tal, expulsándolo si no lo es; entonces, conque vea cosas gratas, buenos ejemplos, tiene suficiente.
Por favor escucharlos y no ridiculizarlos ni tomarlos a broma sino reconducirlos tomandoles muy en serio, pues, sino lo hacéis, ellos se encerraran en sus mundo y buscarán en otra parte su aceptación; lo cual, puede ser peligroso y, sobre todo, les irá alejando de la familia.Creo que lo más importante para el futuro es el conducir correctamente a estos proyectos humanos al interés por la vida y por sus posibilidades de conocimiento hacia el mundo que se les está abriendo a través de sus sentidos y que él no es capaz de racionalizar aún. Esto, no lo podemos lograr con enseñanzas aburridas y pesadas, mucho menos memorizando datos culturales que a él le importan un pepino, sino lo que le encaminen hacia su felicidad y que se graven en su memoria o ¿conciencia? como faro o luz para sus futuro.
Esta memorización de lo aprendido es algo hundido en el cerebro que o bien proviene de la genética humana que a través de la experiencia de nuestros antecesores más remotos se va grabando en el cerebro. Muy pocas cuestiones hay que enseñarles. Es más efectivo que él aprenda de tus actitudes correctas tal como nos aconseja Rousseau: La única lección de moral que conviene a la infancia, y la más importante para cualquier edad, es el no hacer mal a nadie. El mismo precepto de hacer el bien, si no está subordinado a esto, es peligroso, falso y contradictorio.
Nos enseña Rousseau que el mejor libro que él encontró para abrir el interés de su Emilio fue el de Robinson Crusoe, y, efectivamente, si el crio se embelesa en esta lectura haciendola suya se preocupará por lo útil e indispensable que es aprender las lecciones de pervivencia que le da el autor para seguir viviendo y, tras reconocerlo en su mente infantil hará que nos reclame ansiosamente más conocimientos con lo cual hemos dado un paso de gigante en su apertura al estudio y en el interés por el saber y el conocer.
A continuación nos viene otro problema clásico en el desbordamiento del interés del niño que cuando entra en la fase de la pregunta continua los ¿por qué? Y porqué es bueno o me es útil esto si y aquello no?. Dice el maestro que antes de contestarlas hay que pensarlas mucho haciendonoslas a nosotros mismos y, lo mejor es desviar su atención para que pregunte solamente lo que le viene bien consiguiendolo a través de que el alumno sea el que lo desee poniendole o facilitándole los medios para que lo consiga y evitando que desee cosas impropias a su edad. Hay que ser capaces de descender a su estado infantil pensando únicamente en lo que les pueda ser recomendable y tener la suficiente sagacidad de no incentivarle comparándole con otros niños, pues esto le iniciara en el camino de la competencia, de los egoísmos y de los celos.
Según Rousseau lo permisible o aconsejable sería:Únicamente yo señalaría todos los años los progresos que hubiera conseguido; los compararía con aquellos que consiguiera el año siguiente...De esta manera le excito sin hacerle celoso de su persona. Quera superarse, debe hacerlo; yo no veo ningún inconveniente en que él sea el estímulo de sí mismo.
Una de las relaciones familiares más perjudiciales es el empeño de algunos padres o educadores de decir mentirijillas para que el niño les obedezca o para ganarle. En mis tiempos tuvimos la desgracia de una educación de ordeno y mando que nos dio pié para mentir ante cualquier acción que nos pareciera digna de enfado de los mayores, ese es el inicio y la base para hacer del niño mentiroso, pues, si le resulta medio bien y se exculpa de su posible pequeña falta sabrá que esta es muy conveniente para evitar las broncas.
Sigue Rousseau .... tengo por imposible que en el seno de la sociedad se le pueda dirigir a un niño de doce años de edad, sin darle alguna idea de las relaciones de hombre a hombre y de la moralidad de las acciones humanas. Basta con que lleguen a darsele estas nociones necesarias lo más tarde posible, y que, cuando llegan a ser inevitables, se las limite a la utilidad presente, solamente para que él no se crea el señor de todo y que no haga mal a los demás sin escrúpulo y sin saberlo. Tenemos que tener en cuenta que el maestro de este libro actúa como profesor y no como padre o familiar al cargo. Esto al ser así da lugar a cierto distanciamiento entre los niños y los padres que beneficia a su educación, pues puede en gran manera evitar las ingerencias entre el alumno y la vida familiar. Pero esto, y más hoy en día, no ocurre y el chaval está mezclado con la familia y con sus problemas dandose cuenta perfecta de las virtudes y de las limitaciones que hay en su hogar siendo un duro juzgador de las mismas. Es por lo que a mi me parece que hay que cubrir estas lamentables circunstancias con el ejemplo y la buena voluntad; sobre todo, no cubrirlas ni con mentiras ni con falsas promesa pues el chico que es muy crítico acabará por perder el respeto a estos familiares.
En cuanto a esos niños de carácter dulce hay que matizarlo y analizarlo despacio porque puede ser una consecuencia de la debilidad e inseguridad motivada por una deficiente educación, en ella se refugia para sobrevivir haciendo pequeños favores, siendo servil ante los mayores o los fuertes con el fin de obtener su aceptación y su pequeña cuota de amor.
Leo en el Emilio que no debemos dejar que nuestro protagonista tome como suyas las opiniones de los demás sino que antes deba saber la verdad de las cosas o lo que es cierto y lo que no. Esto parece fácil, lo que digo es que salvo en la ciencia matemática- osea- seguir las fórmulas que nos cuenta Descartes, debemos de retrotraernos a las primeras evidencias y a partir de ellas ir demostrando las siguientes en cadena hasta llegar donde queramos. Pienso que en la vida real y no en la matemática todo es opinable y que nada es verdad ni es mentira dependiendo de circunstancias.
Estoy deseoso de encontrar el camino que según Rousseau es el mejor para aprenderlo, practicarlo y finalmente enseñarlo, veamos:Es mediante su relación sensible con la utilidad, su seguridad, su conversación, su bienestar como debe apreciar todos los cuerpos de la naturaleza y todos los trabajos de los hombres . Otra ventaja de este encadenamiento de conocimientos limitados, pero justos , es el de mostrárselos mediante sus enlaces y relaciones y colocarlos todos en su lugar para su estimación....... Aquel que ve bien el orden de todo ve el lugar en que debe de estar cada parte, y la conoce a fondo, puede ser un hombre sabio; el otro es un hombre juicioso......Más adelante Rousseau certificando al importancia del bien juzgar lo remacha al asegurar que sabiendo que nuestros errores proviene de nuestros juicios el que no juzga no comete errores. La mejor manera de enseñar a juzgar bien es aquella que tiende a simplificar más nuestras experiencias, y a facilitar incluso superarnos sin caer en el error. De donde se sigue que después de haber verificado durante mucho tiempo las relaciones de cada sentido una por otra, se necesita todavía aprender a verificar las relaciones de cada sentido por sí mismo, sin tener necesidad de recurrir a otros sentidos; entonces cada sensación se convertirá para nosotros en una idea, y esta idea estará siempre conforme con la verdad.......Parece correcto, pero el acatar es terriblemente difícil y hay que seguir un proceso casi estadístico y desde luego matemático si pretendemos tener soluciones válidas. Estadístico porque si una cuestión es admitida como cierta por la mayoría es para pensar que es cierta o por lo menos que sirve para la sociedad en que se esté inmerso. Esto es, no fiarse ni de tus sentidos ni de tus razonamientos sino el investigar lo que los demás piensan sobre el tema, y, como poco, hacer la media de las opiniones que muchas veces son opuestas aunque parezcan que puedan ser válidas. Eso son las circunstancias y la desinformación que existe en muchos casos en los que la gente se lanza alegremente a emitir juicios sobre algo de lo que solo sabe el principio o ni siquiera eso, lo que sabe es pura novela. El vulgo es muy dado a esos cotilleos que le encantan y no saben que son en muchos casos como un robo criminal pues redundan en el honor de las personas. En definitiva hablar poco y juzgar lo menos posible sobre todo no comunicarlo a los demás, los patinazos pueden ser triunfales y nada favorecedores.
Llega un momento que la naturaleza despierta a las pasiones y ese suceso es imparable. La forma de enfrentarlo influirá decisivamente en el comportamiento de las educandos, pues en los componentes sexuales interviene dos factores, uno es la naturaleza que nos dice irrefrenablemente la pasión y el gusto porque hay que relacionarse con el sexo opuesto para reproducirse y con ello dar continuidad a la especie. Esto es connatural con todas las especies animales que pululan por la tierra. Lo que quizás sea exclusivo de lo humano es la intervención cerebral que por medio de la imaginación a veces incluso llega a suplir a la naturaleza excitando más que esta los deseos juveniles.Es absurdo pretender luchar con los requerimientos de la naturaleza, como mucho tratar de encauzarla debidamente y, en cuanto a la imaginación tristemente debemos der acusar a la sociedad de colaborar culposamente con ella al tratar de ocultar mintiendo, negando la evidencia de la pulsión, con palabras e imposiciones que no consiguen sino avivarla al dar entrada a la imaginación al ocultar "los mayores" la verdad y que está sea buscada erróneamente por los pupilos. Siempre se ha dicho que lo imaginado supera a lo real y en esta cuestión es evidente que ocurre. Ocurre más en las ciudades que en las zonas rurales, donde es más fácil de explicar estos hechos al estar acostumbrados a ver las reacciones de los animales y tomarlas como algo normal. Solo será preciso que-con el debido respeto- se enseñe que el hombre también tiene mucho de animal y llegado este pasional momento tenderá a comportarse en cuanto al acercamiento al sexo opuesto de forma similar pero más civilizadamente. Por contra en las ciudades, el niño no sabe nada de esto y cuando le llega el empujón busca explicaciones que desconoce, pues, al educador o a la familia se le hace muy cuesta arriba dar estas explicaciones y a pesar de su buena intención, con sus mentiras y ocultaciones no hace sino agravar el problema cuya solución es buscada por el infante a través de su imaginación y la de sus amigos y compañeros.
Aún cuando el pudor sea natural en la especie humana, los niños carecen naturalmente de él. El pudor no nace sino con el conocimiento del mal..... Darles lecciones de pudor y de honestidad; enseñarles que hay cosas vergonzosas y deshonestas es facilitarles el deseo secreto de conocerlas.... Aquel que enrojece es ya culpable; la verdadera inocencia no se avergüenza de nada. La verdad es que el pudor nos sale hasta las orejas cuando llegamos a una determinada edad e ignoro si es por que te lo enseñan o es una intuición el caso que al menos en mi época notábamos que hacíamos algo mal en seguida y por ello nos avergonzábamos escondiéndonos para estos actos que ahora se dice que son tan naturales y faltos de culpa. Será la educación recibida la causante pero lo que no me atrevo a juzgar es que si esto es bueno o no lo es, puesto que actuar con total desvergüenza no creo que sea bueno ni para la salud ni para las relaciones sociales, el tiempo supongo que dará la razón al que la tenga.
Posiblemente la pregunta siguiente de este inquieto chaval sea:¿De donde vienen los niños?. La manera de responder más sencilla para una madre sin engañar a su hijo es la de imponerle silencio .Pero rara vez da resultado y leo en el Emilio una imaginativa contestación que decía: "hijo mio, las mujeres los orinan con dolores que a veces les cuestan la vida". Esto a algunos les parecerá una tontería pero no lo es porque al unir al parto la idea del dolor e incluso de la muerte hace que el chaval no le apetezca seguir insistiendo.
Para luchar con la ola de pulsiones y fuertes emociones incontrolables que invaden al joven en esta edad Rousseau aconseja que recordemos al joven que no está sólo que dada su debilidad necesita de las personas para sobrevivir dignamente y que esto debe de desarrollar un sentimiento de amistad anterior y superior al del sexo y, este sentimiento es el que debe de inclinar las fuerzas de la pubertad mediante el reconocimiento de amor y caridad hacia los demás volcándose en ellos para desviar las pulsiones sexuales hacia algo positivo y no pecaminoso. La atracción entre sexos es un sentimiento compuesto en el que un tanto por ciento depende de las mismas pulsiones que aparecen en la simpatía-mismos gustos, mismo ambiente, posibilidad de conocimiento y de estrechar lazos, etc., pero anteriormente debe de existir un tipo de agrado de admiración por el físico que nos mete de cabeza en la atracción sexual, que posiblemente sea la humanización de lo que hacen los animalitos (olores de la orina que ponen en marcha los resortes reproductores ver anexos). Primero instruyámonos con Hume para intentar averiguar los motivos de los humanos que al parecer son mucho más sensibles, más golfos, que en el caso de nuestros predecesores.

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